Aterrizaje Forzoso

El cerebro termina de configurarse después del nacimiento, y esa configuración está determinada, en gran medida, por los estímulos externos, o sea, el tipo de contacto con la madre, el entorno en el que se desarrolla la crianza, la variedad de experiencias por las que el individuo atraviesa...etc.
Esta configuración única y particular de cada uno, es, ni más ni menos que nuestro modo de ser, nuestra personalidad, la manera individual de comprender e interactuar con nuestra realidad.
Así como aprendemos a andar en bicicleta, tomar la lapicera para escribir, conducir un automóvil, y tantas otras conductas que se ejecutan de manera automática y con nuestro estilo particular, así también creamos hábitos e interpretaciones de la vida y del mundo. Todo esto una vez adquirido y aprendido, es muy difícil de cambiar. El cerebro se adapta y se equilibra y así prefiere mantenerse, el cambio significa un gran esfuerzo.
Sin embargo, esta característica de nuestro cerebro, muchas veces nos encierra dentro de una "caja", y nos impide ver cosas que son de gran importancia para nuestro crecimiento, nuestra evolución, nuestro bienestar.
El cambio, al cual el cerebro se resiste tanto, puede llegar inmediatamente cuando nos enfrentamos a una situación límite,  y es en ése breve instante, en el que nos damos cuenta tan claramente como en un estado de iluminación, de los valores más importantes para nosostros. Si sobrevivimos a la circunstancia extrema, el cambio se produce sin resistencia y con total convicción.
Te dejo éste emocionante testimonio, que ejemplifica lo anterior.

 Ric Elias tenía un asiento en primera fila en el vuelo 1549
Fuente TED


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